miércoles, 19 de octubre de 2016

Las energías renovables un bien común

Este lunes participé en la ExpoPyMES de la ciudad de México, me pareció interesante ver a muchas pequeñas empresas orientadas a proveer productos o servicios amigables con el ambiente. Pude observar empresas que ofrecen servicios para instalar fuentes renovables de energía en casas o en pequeñas empresas; otras ofrecen asesorías para diseñar y construir jardines verticales o azoteas verdes; oferta para convertir autos con motores de combustión en autos eléctricos, entre otros muchos ejemplos novedosos y útiles. Desde mi punto de vista, la abundante oferta de estos servicios indica la genuina preocupación de la población emprendedora por ofrecer productos que respeten el ambiente y posibiliten un bienestar social y apuntan a un mercado en crecimiento y con una compromiso con la sustentabilidad. Así, esta exposición anima a continuar trabajando en promover acciones hacia la sustentabilidad. Así quiero continuar con la discusión de la importancia de crear marcos normativos para estos productos; pero más importante para la convivencia entre las personas en nuestro mundo cargado de comportamientos egoístas.


Hoy quiero insistir en un tema del que he escrito en otras ocasiones; pero que enfaticé este lunes en mi intervención en la Expo: el llamado “derecho al Sol”. Con esta sencilla frase quiero referirme a un derecho mucho más complicado de lo que parece.
Considero adecuado dar un ejemplo para aclarar la idea. Hoy en día se puede instalar en la azotea de muchas casas o edificios sistemas solares digamos un calentador solar y un sistema fotovoltaico, para calentar el agua y producir electricidad, respectivamente. Sin embargo. alguno de los vecinos a esta casa o empresa puede construir un edificio de 20 pisos y con ello quitar la posibilidad de utilizar la energía solar. Algunos dirán: que el vecino tiene el derecho a construir; pero otros dirán que el primero instaló con anterioridad los sistemas y, por lo tanto, tiene el derecho a continuar utilizando la energía solar.
Esta situación indica que la energía solar es un bien común y debe ser tratado como eso.
Ya en otras ocasiones he mencionado la tragedia de los comunes, como el fenómeno donde las reglas o normas no han sido elaboradas para propiciar que los beneficios de lo común no sean usurpados por unos cuantos sin retribuir a la comunidad por el usufructo de lo común. Donella Medows y Elinor Ostrom han propuesto la definición de reglas claras para los usos y pagos de las acciones que conserven la posibilidad de continuar disfrutando de lo común.
Ya tenemos la necesidad de empezar a legislar sobre las fuentes renovables de energía como un bien común.
Para aclarar por qué digo que son las energías renovables, y no solo la solar, menciono el ejemplo de una persona que en la costa, instala un aerogenerador y una aerobomba. Durante algunos años los sistemas trabajan utilizando el viento que proviene fundamentalmente del sur; pero un día su vecino del lado sur decide construir un edificio de 10 pisos y con ello le bloquea el viento, sus sistemas eólicos dejan de funcionar adecuadamente. Nuevamente, se ilustra el caso de la interrupción de un uso de fuente renovables de energía por una ausencia de legislación adecuada. En estos momentos en cada pueblo ciudad, región o estado y en el mismo país podemos iniciar la discusión para contar con marcos normativos para el aprovechamiento de la energías renovables.
Considero que con estos sencillos ejemplos ha quedado claro que necesitamos definir con cuidado el “derecho al Sol”.
Este problema no es trivial y requiere que los colegas que se dedican al derecho nos ilustren y construyan sistemas jurídicos para garantizar el uso de los bienes comunes.
Empecemos las discusión y construyamos un marco que permita la convivencia y el adecuado uso de lo común para conseguir un bienestar social.


Una versión previa de este artículo fue publicado el día 19 de Octubre en el periódico La Unión de Morelos.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Dos buenas noticias: Subasta eléctrica y transporte eléctrico

Recientemente se concluyó la segunda subasta de energía eléctrica, podemos decir que para las energías renovables fue un éxito. El secretario de energía Pedro Joaquín Coldwell anunció el 22 de septiembre que el precio promedio de esta subasta fue de 33 dólares por Megawatt hora (MWh). ¿Qué significa este precio? Para traducir este costo a lo que nosotros conocemos, déjenme utilizar mi recibo de electricidad que indica que la tarifa sin subsidio que cobra la Comisión Federal de Electricidad es de $2.802 por kWh (de aquí en adelante pesos mexicanos). Es decir el precio que pagará el gobierno mexicano por la electricidad es menor al precio en que la vende. Para ser más claro, el precio de adquisición de electricidad promedio en la segunda subasta es de $0.66 por kWh. Con esto claramente se rompe el mito de que la electricidad generada con fuentes renovables de energía es cara, ya que la CFE tendrá la oportunidad de comercializar la energía transmitiéndola y distribuyéndola con un costo mayor de $1 por kWh y obtener utilidades. Incluso la tarifa subsidiada de doméstica o de negocio (tarifa subsidiada doméstica de $0.73 o de la llamada tarifa 2, de $2.307, respectivamente), en el mes de septiembre, son mayores al precio de compra de la energía generada por las empresas ganadoras de la segunda subasta eléctrica. Por supuesto, estas tarifas subsidiadas para el sector doméstico o de negocios son generadas hoy en día con hidrocarburos en su amplia mayoría, y utilizan nuestros impuestos para dar los subsidios. El problema de que una amplia parte de la población necesita subsidio no es un problema de energía cara, sino de un sistema totalmente inequitativo en el pago de salarios.
Pero, regresemos a la subasta la cantidad de energía anual ofertada durante esta subasta por tipo de fuente renovables es la siguiente: solar fotovoltaica 4,836,597 MWh, eólica 3,874,458 Mwh y geotérmica 198,764 Mwh, todavía es pequeña la contribución de estas fuentes renovables al uso de la energía en nuestro país; pero la buena noticia es que en tecnologías no renovables no se asignó cantidad alguna. Es decir las plantas termoeléctricas de ciclo combinado no fueron consideradas. Esto, desde mi punto de vista, indica que los inversionistas tienen la visión de que el negocio de la electricidad está en las fuentes renovables. Si estas personas reconocen esta situación, considero importante que los mismos gobiernos cambien de dirección con respecto a lo que se ha estado haciendo hoy en día. Lo que parecía adecuado hace unos cuatro años ahora claramente dejó de ser cierto; aunque muchos dijimos hace cuatro años que el camino era empezar con la instalación de sistemas de energías renovables en lugar de continuar quemando los hidrocarburos para producir electricidad. Así el futuro cercano es el campo de acción de las energías renovables.
Otra noticia en la dirección de transitar hacia un mundo sustentable es el anuncio de que la compañía estadounidense Proterra Inc. pone al mercado un autobús eléctrico, con cero emisiones de gases de efecto invernadero durante su operación y que consigue una impresionante autonomía: más de 560 kilómetros con una única carga de sus baterías. Estos autobuses estarán listos para su entrega ya en 2017. El primer prototipo se presentó a mediados de septiembre en la reunión anual que la APTA (Asociación de Transporte Público Estadounidense) celebrada en Los Ángeles, California. Lo importante de este vehículo es que en su sistema de baterías puede almacenar hasta 660 kWh. Para comparar los autos eléctricos actualmente almacenan del orden de los 25 kWh. Hagamos cuentas con: el kilómetro recorrido en el autobús eléctrico con tarifa 2 de negocio no subsidiada de alto precio ($3.06 por kWh) es de $3.6 por kilómetro, es decir podríamos transportar 40 personas un kilómetro por solamente $3.6 esto sería un excelente negocio para el transporte público. Además no habría que sufrir los perjuicios a la salud al respirar los gases que emiten los actuales autobuses, tampoco sufriríamos el impacto térmico al pasar cerca de ellos cuando están en operación, ni los oiríamos pasar con su escandaloso rugir.
Con estos comentarios considero importante transmitir, que ya pasó la época de la energía renovable cara y estamos entrando a la era de las fuentes de energía renovable competitivas. También el transporte sin emisiones durante su operación se acerca y es una opción de nosotros escoger el camino que deseamos.

Una versión previa de este artículo fue publicada el día 5 de Octubre en el periódico La Unión de Morelos.