miércoles, 20 de abril de 2016

Sabemos que #HoyNoCircula no funciona ¿Qué hacemos?


Después de 30 años ha sido evidente que la restricción de circulación de vehículos automotores de combustión interna en la CDMX no ha conseguido aumentar sostenidamente la calidad del aire. Claramente, el HoyNoCircula no aborda de raíz los problemas, sino solamente se dedica a atacar los síntomas causando daños colaterales y tiene efectos secundarios. Esto es muy similar a las medicinas que se centran en los síntomas en lugar de contrarrestar las causas.
En mi opinión, tenemos ya varias décadas donde se atacan la enfermedad de la contaminación en el país con analgésicos que no atienden a las causas de la enfermedad.
Por supuesto, que una de las acciones que sí aborda directamente la solución del problema es la implantación de sistemas de transporte público eficiente y de calidad. Muchos podrán decir que el Metrobús es una de estas acciones; pero se quedó corta la medida. Al usar vehículos de combustión interna se continua emitiendo gases de efecto invernadero, se continua contribuyendo al incremento de la temperatura en las llamadas islas de calor de las ciudades y sus efectos en el consumo de climatización en estas ciudades. Así el uso de vehículos eléctricos debió haberse implementado en el Metrobús. Seguro estoy, que cuando los actuales administradores de las finanzas públicas lean estas líneas, inmediatamente argumentarían que los vehículos eléctricos son más caros. Desde mi punto de vista, esta afirmación es parcialmente cierta. Claro que si solamente consideramos el precio de los vehículos eléctricos, este precio es más caro que el de vehículos de combustión interna, gasolina o diésel; pero esta forma no es la adecuada para calcular el costo total para la sociedad. Para conocer realmente el costo se deben contemplar los aspectos colaterales. El costo del sistema de salud para contender con las enfermedades respiratorias que provocan los altos índices de contaminación en las ciudades. Además del costo en la salud propia de cada uno de los habitantes de las ciudades. También se debe contemplar el costo que provoca el cambio climático que estamos provocando al emitir los gases de efecto invernadero al quemar las combustibles en forma distribuida. Es más para cada habitante de la ciudad que usa un vehículo sea de combustión interna, eléctrico o impulsado por su propios músculos el estar en un ambiente contaminado le representa un costo “oculto” que no hemos cuantificado.
Por supuesto, que habrá algunas mentes inquisitivas que inmediatamente argumentarán que los vehículos eléctricos solo trasladarán la contaminación a otros lugares donde se genere la electricidad para usar estos vehículos eléctricos. Nuevamente, argumento que esto es parcialmente cierto; ya que es mucho más barato la captura de carbono que se produce en un solo lugar durante la generación de electricidad que la misma captura en los millones de sitios móviles que hoy en día tenemos en cada uno de los vehículos de combustión interna.
Así, la propuesta concreta es impulsar que los vehículos de todos los niveles de gobierno sean eléctricos. El costo adicional a la sociedad será evidentemente menor del que es ahora implantar los paliativos para contender con la contaminación. Para cuantificación específica se requiere un análisis de ciclo de vida, pero con mi experiencia este costo decantará a favor de la opción eléctrica. Así debemos luchar por un transporte eléctrico en lugar de uno de combustión interna, esta medida ya ha sido impulsada en otras latitudes donde para el año 2025 no se permitirá la circulación de vehículos emisores de CO2. Estas estrategias podrían implementarse en todo el país, en particular en Morelos tenemos la oportunidad de reestructurar el transporte público y conseguir implantar un sistema de transporte público eficiente, de calidad y no contaminante. Ya hace varios años comenté que una opción eléctrica y de una red de ciclopistas podría detonar un turismo diferente en nuestro estado.
Pero no tenemos por que esperar, hoy en día, si bien el precio del kilómetro recorrido es más barato con electricidad que con gasolina, la inversión inicial es todavía alta. Aquellos que personalmente puedan adquirir un vehículo eléctrico podrán contribuir al bienestar social. Pero, cada uno de nosotros podemos hacer algo en este momento y que nos aportará beneficios económicos en el corto plazo.
En cada una de nuestros domicilios tenemos un emisor de las mayores fuentes de CO2, si en la mayoría de los domicilios hay calentadores de agua de gas o leña. Todos ellos emiten gases de combustión que pueden ser evitados al usar calentadores solares. Hoy en día el costo de estos calentadores solares se amortiza en menos de tres años con los ahorros de gas o leña. Así con este ejemplo, quiero ilustrar que parte de la solución está en nuestro proceder y no tenemos que esperar a que otros impulsen o implementen medidas; por supuesto debemos exigir que se implanten verdaderas soluciones; pero parte de la solución está en nosotros y tenemos que insistir. Ya sabemos que hacer, no podemos argumentar ignorancia, ahora depende de nosotros y de nuestro actuar.

Una versión previa de este artículo fue publicada el día 20 de Abril en La Unión de Morelos.

miércoles, 6 de abril de 2016

Hoy No Circula programa caduco, obsoleto y falaz.


Durante 30 años el programa Hoy No Circula no resolvió el problema del transporte en la Ciudad de México (CDMX), tampoco resolvió el problema de la contaminación, ha probado ser obsoleto, ya caducó y prometió falsas ilusiones al augurar una calidad del aire aceptable en la CDMX. Es más dio pauta para aumentar los mecanismos de corrupción. Hoy encontramos ciudadanos que pagan una dádiva a verificentros que las aceptan o promueven para tener una calcomanía cero. En lugar de premiar a quienes mantienen su auto en buenas condiciones, el programa fomentó las actividades irresponsables de todos los sectores de nuestra sociedad, desde el ciudadano que compra un calcomanía, el empresario que permite que su negocio otorgue calcomanías a conductores cuyos autos no la merecen, hasta las autoridades de la CDMX que para no contender con la problemática desatada acusan a la Suprema Corte de Justicia.
A pesar de las frases anteriores, la pregunta ¿funciona el programa hoy no circula? puede tener una respuesta positiva, pero solamente cuando se considera en muy corto plazo como ya lo vivimos. Claramente este programa es un paliativo y nunca ataca a los problemas desde la raíz. El Hoy No Circula se impuso en la CDMX hace unos treinta años y en aquel entonces provocó un disminución de los gases contaminantes; pero como no ataca el problema de raíz después de este tiempo ahora nuevamente se han alcanzado niveles preocupantes en los indicadores ambientales en la CDMX.
Desde mi perspectiva es totalmente inadmisible que, para disminuir la presión política sobre las malas decisiones en cuanto al tránsito y transporte se han tomado últimamente en esa ciudad, se proponga extender este programa a estados vecinos.
Estos estados vecinos todavía están en la situación donde pueden tomar medidas que ataquen el problema. Además no tienen las condiciones geográficas que presenta la CDMX, ni tampoco tienen el tiempo invertido por horas persona en el transporte que en ella hay, y por lo tanto, estos estados no deben implantar el paliativo “Hoy no circula”, sino desarrollar soluciones reales.
Por supuesto que en toda la República Mexicana hay problemas de contaminación ambiental, principalmente en la ciudades; pero debemos como sociedad solicitar se ataquen los problemas que la ocasionan, no debemos aceptar paliativos.


El metrobús puede ser eléctrico

Una opción real en nuestros días es el uso de vehículos eléctricos, estos vehículos no emiten gases de efecto invernadero mientras están en operación, es decir, al usar un vehículo eléctrico se evita la emisión de gases en el sitio, el calentamiento del entorno cercano disminuyendo la isla de calor que ocasionan los vehículos de combustión interna y se disminuye el ruido en las ciudades. Solamente estos aspectos ya tendrían un efecto totalmente de alivio sobre los indicadores ambientales en el CDMX o en cualquier ciudad. Ya he mencionado aquí en varias ocasiones las bondades de los vehículos eléctricos, como por ejemplo que el costo de recorrer un kilómetro con un vehículo de eléctrico es casi la mitad del costo de recorrer el mismo kilómetro con un vehículo de gasolina. En varias ciudades europeas se está fomentando su uso, es más, en el Estado de California se ha propuesto que en menos de diez años no puedan circular vehículos de combustión interna en su territorio. ¿Podríamos hacer algo así en nuestro país?
Claro que sí, aunque muchos comentarían que es muy cara la implantación de esta medida, por el alto costo inicial de los automóviles. Esta frase no se basa en un cálculo completo, en esta aseveración hace falta incluir muchos costos que estamos pagando al utilizar los automóviles de gasolina. Lo caro es tener que comprar otro auto para circular el día que no se circula, caro es seguir respirando el aire contaminado de la CDMX, caro es para el sistema de salud contender con los malestares respiratorios de una buena parte de la población de las ciudades, caro es el tiempo que se invierte todos los días en el transporte. Si contabilizamos todos estos costos en 30 años veremos que la promoción del uso de los vehículos eléctricos es una alternativa totalmente costeable en nuestros días. Para analizar con mayor detalle las ventajas que tiene el uso de vehículos eléctricos consultar se puede ver un artículo de investigación.
Otro de los caminos, que no tiene porqué ser muy diferente, es el de solicitar un transporte público de calidad. En la CDMX se puede hacer que el metrobús y que todos los vehículos de transporte público sean eléctricos. Por supuesto, que se requerirían armar paquetes de financiamiento para este programa, pero el costo de hacer estos programas debería pagarse con los beneficios que tendríamos en los siguientes 30 años. Claramente, estos programas van más allá de los 6 años de la mayoría de los programas de gobierno; pero nosotros los ciudadanos requerimos soluciones con una visión de mayor plazo y de hecho solicitamos que estas soluciones beneficien también a las generaciones futuras. Así debemos exigir a los encargados en las haciendas de los gobiernos a prever soluciones del largo plazo.
Es más no solamente se podrían resolver problemas de tránsito y ambientales, sino con una visión agresiva se podría generar un sector industrial pujante.
Desde mi punto de vista, no basta con restringir el número de vehículos circulando, debemos propiciar que las personas elijan por conveniencia usar un transporte más eficiente y menos contaminante. Es así como, en todos los estados vecinos de la CDMX podemos optar por medidas que impulsen un transporte público eficiente, de calidad y eléctrico. Esta medida impactará en tener una mejor calidad de vida en las ciudades y en la salud de todos nosotros.
Con gusto trabajamos con los gobiernos de todos los niveles para analizar las posibles medidas que impulsen verdaderas soluciones al problema del transporte en la ciudades que contemplen su solución en el largo plazo.

Una versión previa de este artículo fue publicado el día 6 de Abril