miércoles, 22 de agosto de 2012

Hacia la movilidad sustentable.


En estas semanas hemos resentido en Cuernavaca el aumento del tránsito vehicular, como un ejemplo podemos mencionar que el flujo de vehículos en el libramiento es más lento. Esto quizá se deba a los desvíos o a la limitación de carriles producidos por las construcciones de puentes que se están desarrollando. También es posible que se deba al aumento en la ocupación de las viviendas construidas en la región sur de la zona metropolitana de Cuernavaca. Claramente, los desarrollos de casas habitación en esa zona no contaron con estudios de movilidad de las personas. Aspecto que para nada preocupa a los actuales miembros del gabinete estatal. Basta mencionar la respuesta que, en una conferencia, dio un Secretario de Gobierno a mi observación de que el Parque Científico Tecnológico de Morelos no cuenta con acceso por medio de transporte público. La respuesta fue: eso lo tendrían que resolver individualmente las empresas que decidieran instalarse en ese parque. Debemos recordar que a los funcionarios de un gobierno se les encomienda resolver los problemas que nos aquejan y que no deben pretender evadir esa responsabilidad. Es importante recordar que la sustentabilidad en nuestros días debe contemplar diferentes aspectos para definir las condiciones de un desarrollo urbano apropiado y, para este fin, la incorporación de indicadores de sustentabilidad son aspectos obligados. Dentro de estos últimos, el transporte es de los más importantes. De esta manera, podemos afirmar que actualmente el Parque Científico Tecnológico reprueba en uno de los aspectos de sustentabilidad más importantes. En la actualidad este problema está ampliamente extendido, ya que la mayoría de las ciudades no han sido planeadas para soportar el tránsito tan denso que actualmente sufren.
Estoy convencido que debemos desarrollar un sistema de transporte eficiente desde diferentes aspectos. Un transporte que use eficientemente la energía y que se abastezca de fuentes renovables. Las diferentes alternativas de uso de biocombustibles no parecen ser idóneas, ya que para satisfacer la demanda actual se requeriría usar con fines energéticos extensiones de tierra cultivables para alimentos; sin embargo, los biocombustibles pueden ser parte de la solución. En mi opinión, la movilidad individual basada en el automóvil tiene muchísimas desventajas para cumplir los criterios de sutentabilidad. Actualmente la solución de autos eléctricos se ve restringida por la corta vida de las baterías y por la relativa corta independencia de este tipo de autos.
La ciudad de México, al igual que en muchas otras ciudades, ha iniciado un camino claro hacia una solución híbrida de movilidad al implementar varias líneas de transporte público y de ciclovías. Estas apuestas por el transporte público parecen ser más eficientes tanto en aspectos energéticos como en beneficios sociales.
En la actualidad el transporte en Morelos utiliza exclusivamente hidrocarburos, sin embargo, la propuesta de un transporte público de calidad puede involucrar soluciones basadas en fuentes renovables de energía. Bajo estas líneas de pensamiento, la movilidad en el Estado de Morelos podría contemplar la construcción de transporte público eléctrico que uniera diferentes ciudades y que aledañamente contara con ciclopistas. Debemos recordar que el próximo gobierno contempló dentro de sus propuestas el fomento a las fuentes renovables de energía, en particular, el uso de sistemas fotovoltaicos. Estos últimos podrían ser instalados en edificios públicos o en las mismas estaciones de autobuses eléctricos o quizá de trolebuses rediseñados.
Una propuesta de un sistema de Transporte eléctrico metropolitano puede ser una alternativa real. En particular, los trolebuses pueden ser una opción renovadora, ya que por alguna razón no han sido objeto de una mejora sustancial en los últimos años y seguramente son un área de oportunidad para los ingenieros mecánicos, eléctricos, electrónicos y diseñadores industriales quienes podrían implementar mejoras a estos trolebuses. Con ellos se podrían crear compañías morelenses con nichos de mercado cercanos a la industria automotriz con una vertiente sustentable basada en los sistemas eléctricos.
A manera de ejemplo y con el ánimo provocador para generar soluciones a largo plazo se plantea: Construir un sistema de transporte eléctrico inter-metropolitano Cuernavaca-Cuautla- Jojutla-Puente de Ixtla-Cuernavaca. Se debe incluir un transporte eléctrico que una Cuernavaca y CIVAC al Parque Científico Tecnológico pues sería una acción hacia la sustentabilidad del parque. Estos sistemas pueden transportar tanto personas como carga, fomentando el intercambio comercial entre las zonas metropolitanas de Morelos, y abaratando la movilidad de productos y personas. Además, las estaciones y parte de las rutas pueden ser cubiertas con sistemas fotovoltaicos y así generar parte de la energía usada en el transporte. Este sistema generará también mayor turismo. Es más, si se añade, con un costo insignificante una ciclopista, los impactos sociales económicos, ambientales y de salud serán todavía más relevantes. El fomento al turismo nacional e internacional y el aumento de la movilidad de personas y de bienes serán puntos a favor de esta inversión. Incluso, el mayor negocio puede ser el esparcimiento de los pobladores del DF en Morelos. La movilidad de las personas puede constituirse en un ejemplo de negocio de y para la sociedad, es decir, en una movilidad sustentable.

Este artículo fue publicado el día 22 de Agosto

miércoles, 15 de agosto de 2012

Ciencia y Deporte


Ya terminaron los juegos olímpicos y con ello retornamos a nuestra vida cotidiana. La medalla de oro ganada por el equipo de futbol dio alegría a muchísimos mexicanos, lo mismo que las otras dos medallas en tiro con arco (plata y bronce), clavados (dos de plata y una de bronce) y la de taekwondo (bronce); pero no deja de llamar la atención que México ocupa un lugar muy diferente en el medallero olímpico con respecto al lugar que ocupa su economía. México ocupó el lugar 39 en la lista de medallas, en cambio ocupa el lugar 14 entre las economías del mundo. Desde el punto de vista del desarrollo científico, México ocupa el lugar 31 en la lista del banco mundial. La pregunta surge inmediatamente, ¿habrá alguna relación entre lo que pasa con el deporte y la ciencia en México?
Primeramente, notemos que tanto el deporte como la ciencia son actividades características de los seres humanos, ningún animal conocido hace ciencia o practica deportes, así, éstas son actividades netamente humanas. No debemos confundir estas actividades con el juego que sí es practicado por muchos animales. Estas dos actividades requieren de un entrenamiento especial para poder desarrollarse con plenitud, aunque todas las personas tenemos la capacidad para realizarlas, y deberían fomentarse en toda la sociedad. El hecho de que el futbol sea utilizado por los medios masivos de comunicación como un medio para obtener ganancias multimillonarias contrasta con la mayoría de los otros deportes que son marginados y no se promocionan en forma similar. En México, las ligas profesionales de basquetbol o de voleibol no pasan por la televisión, tampoco se hace con los eventos nacionales de atletismo, esgrima, tiro con arco y demás. Todas estas actividades deportivas pasan desapercibidas en los grandes medios masivos de comunicación.
Situación similar sucede en con los sucesos científicos. Los congresos o hallazgos científicos no son reseñados con amplitud en los medios masivos de comunicación. Es más, es notorio que la obtención de medallas de oro, plata o bronce en las olimpiadas internacionales de matemáticas, física, química y biología por jóvenes mexicanos no es contemplada como buena noticia, aunque sea un logro indiscutible de nuestros jóvenes. Los actuales medios masivos de comunicación filtran la información y limitan la difusión de otros aspectos importantes.
Desde mi punto de vista, es muy importante promover las actividades deportivas entre la población; pero no sólo en la forma contemplativa, al mirar los deportes en la televisión, sino como una forma participativa para propiciar la salud individual y la cohesión social. En este mismo tenor, es importante promover la ciencia participativa o ciencia ciudadana para generar el conocimiento de nuestro entorno que permita resolver los problemas locales que nos aquejan.
Claramente, la ausencia de estas actividades en México se debe a la poca participación de la sociedad en ellas, tenemos muy pocos deportistas, tanto en los ámbitos amateur como profesional. Lo mismo decimos de los científicos: de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en un país de 100 millones de habitantes debe haber al menos 80 mil científicos y en México el Sistema Nacional de Investigadores tiene menos de 20 mil miembros. Por esta razón, tanto el sector público como el privado tienen una deuda con la sociedad y requieren contratar más deportistas y científicos. Si leyeron bien, debe haber más deportistas profesionales y esto requiere que los empresarios empiecen a invertir en el deporte y las instituciones públicas también pueden actuar para promover estas nuevas actividades económicas que están siendo olvidadas. De manera similar, los empresarios están perdiendo nichos de negocios al no contratar científicos que podrían impulsar negocios de alto valor agregado. Por supuesto, el sector social también tiene rubros de acción, las organizaciones sociales pueden promover el deporte entre la población, así como estudios científicos del entorno inmediato y conjuntarlos para promover el bienestar social y la cohesión social.
Además, el trabajo colaborativo entre científicos, entrenadores y deportistas da frutos tanto individuales como sociales, para abundar en esto recomiendo ampliamente ver la Charla que sostuvo Javier Careaga Tagüeña con científicos el pasado 2 de agosto en donde se relata cómo la interacción entre la ciencia y el deporte propicia avances en ambas direcciones.
Termino invitando a los medios de comunicación locales para que redoblen sus esfuerzos en la difusión de los logros deportivos y científicos entre sus comunidades, aspecto que los grandes medios de comunicación han olvidado. Aunque es labor de todos hacer deporte y ciencia.


Este artículo fue publicado el día 15 de Agosto

miércoles, 8 de agosto de 2012

Síndrome del Señor Funcionario


El pasado sábado 29 de julio envié el siguiente tuit antes de que Graco Ramírez diera su discurso de agradecimiento por el trabajo de muchos colaboradores en su campaña: “En pocos lugares del país se ve la posibilidad de enterrar el síndrome del funcionario #Cuernavaca @gracoramirez Vamos bien”. Con ello refrendé mi entendimiento de la personalidad de Graco Ramírez, ya que en ese discurso dijo que él fue electo para coordinar los esfuerzos de la gente para construir un Morelos de bienestar para todos. Así solicitó que le llamáramos por su nombre y no por el de Señor Gobernador. Esa sencilla petición debe quedar muy presente en todos los secretarios de gobierno que lo acompañarán en la coordinación de los esfuerzos de los morelenses para darse un lugar digno donde desarrollarse. La actitud democrática comienza con ese simple mensaje.
Después de su discurso hubo una carrera para saludarlo, muchas personas deseaban decirle que ahora sí se ponían a sus órdenes. Él educadamente saludó a todos los que se le acercaron y posteriormente recorrió las mesas saludando a otros que no tenían por qué correr, sino que esperaban pacientemente su turno para seguir trabajando por Una Nueva Visión.
Dado que estamos en una democracia, debemos evitar la continuación del síndrome del Señor Funcionario, situación que seguramente observaremos en algunos los recién electos funcionarios. Nada más antidemocrático que el entronizar a las personas que han sido electas para cumplir una función en nuestras instituciones de gobierno. El Señor Funcionario, inmediatamente reclama ser nombrado como Señor Diputado, Señor Senador, Señor Presidente Municipal, Señor Presidente, apelativo que ostenta como un título nobiliario. Lamento comentar que esta situación también se extiende en algunas instituciones académicas y se solicita el apelativo de Señor Director. Este tipo de actitudes es de entrada opuesto a una designación democrática y denota aspiraciones de adquirir vasallaje con el nombramiento. Desde una perspectiva democrática las personas que son electas para estos cargos son representantes de la comunidad encargadas de servir, remuneradamente, al resto de los miembros de esta comunidad. No vivimos una monarquía, sino una democracia representativa, que algunos aspiramos a que sea democracia participativa.
La actitud de un funcionario de mantenerse con los pies en la tierra es uno de los requisitos para desempeñarse con éxito en las labores encomendadas. Actuar como uno más de los participantes asumiendo las responsabilidades que le fueron conferidas, sin atribuirse propiedades divinas o de nobleza, contribuirán a crear un ambiente de trabajo con la autocrítica propia de un sistema democrático. Por supuesto, al funcionario se le exige tomar decisiones con responsabilidad. Todos los que interaccionamos con los funcionarios también tenemos la obligación de recordarles que no somos vasallos y asumir una actitud responsable de crítica y no entronizarlos.
En ambientes democráticos ha surgido el uso de palabras como colegas, compañeros o camaradas para ser usadas en tono de respeto a otros iguales, sin embargo considero que la mención por el nombre de una persona, ya indica un respeto mayor, pues al menos se recuerda el nombre.
Hace algún tiempo escribí sobre el Síndrome del Emperador, ese síndrome que padecen muchas de las personas que por algún tiempo tienen un cargo con cierto poder de decisión en una institución y que asumen ser los que más saben de un tema y toman decisiones inadecuadas. Al usar un refrán popular para ilustrar rápidamente a lo que nos referimos, diríamos que este síndrome lo padecen las personas que se marean al subirse a un ladrillo. Esta actitud claramente es perjudicial para la institución, ya que como aquel emperador Claudius, él que padece este síndrome no aceptará opinión alguna que sea diferente a sus preconcepciones y puede hundir el barco.
Estos dos síndromes son enfermedades que afectan gravemente a nuestro México y que debemos erradicar. Tenemos muchas costumbres que cambiar para conseguir una democracia participativa.

Este artículo fue publicado el día 8 de Agosto