domingo, 15 de mayo de 2011

¿Y ahora qué?

Nuevamente salieron los sombreros y gorras, ahora en la manifestación que había comenzado en Cuernavaca el jueves para terminar en el Zócalo. Ya eran las 15:00 hrs. del domingo y caminábamos sobre el Eje Central Lázaro Cárdenas bajo el inclemente Astro Rey de principios de mayo. El sol implacable hacía un vía crucis la manifestación de miles de mexicanos exigiendo al gobierno que cambie de estrategia contra la delincuencia, estrategia que ha causado muchas muertes y no a resuelto el problema. En esta ocasión encontramos algunas caras conocidas, pero la megaurbe oculta la familiaridad. En cambio hacía un mes, en Cuernavaca todos nos reconocíamos, nos saludábamos, nos identificábamos; el pasado domingo, nos sentíamos partícipes, pero ajenos. Algunos la llamamos marcha, otros peregrinación. La marcha exige y reclama; la peregrinación pide milagros y espera favores. Los que marchamos estamos listos para participar, para construir una sociedad diferente, una sociedad bajo una realidad que no nos obligue a manifestarnos, sino que nos invite a vivir.
Ya en el Zócalo, la misma pregunta que surgió al final de la marcha el día 3 de abril retumbaba en miles de cabezas, ahora con mayor insistencia: ¿y ahora qué?
Lydia Cacho, ve un futuro sombrío, reclama la poca participación de todos para resolver el problema, denuncia nuestro egoísmo y espera saber si en el futuro esta marcha fue útil. En su discurso apunta la solución: la participación ciudadana. Lorenzo Meyer, en la radio, también reclama la poca participación, ¿qué esperamos? ¿acaso nuestras necesidades diarias nos agobian tanto que no podemos pensar en el futuro? Muchos otros también consideran no debemos esperar, sino actuar.
Nosotros los ciudadanos, la gente de a pie, todos podemos ser agentes de cambio, Manuel Martínez Fernández apuntó sobre la necesidad de que todas las personas seamos los agentes del cambio, es hora de hacerlo. La verdad siempre ha sido tiempo de actuar, pero lo hemos dejado de hacer y dejado que los problemas crezcan.
¿Quiénes conocen los problemas? La respuesta es clara: quienes los sufren. Así la acción consecuente es: todos debemos hacer a un lado los egoísmos y participar en la construcción de las soluciones a los problemas que nos aquejan.
En esta bitácora hace algunas semanas comentaba sobre la ciencia desde las raíces de la sociedad como la actividad realizada por los ciudadanos para generar conocimiento. Este movimiento social para generar conocimiento inmediatamente útil es análogo a lo que se llama periodismo ciudadano.



Este periodismo es realizado por las personas que graban, fotografían o relatan los hechos y los dan a conocer. Ahora más que nunca cada uno de nosotros puede participar a través del twitter, el facebook, en fin de las tecnologías de la información, reportando los sucesos. Ya las cámaras de video han denunciado excesos de los policías y han provocado revueltas en las ciudades. Este periodismos ciudadano es un arma que podemos y necesitamos usar. Esta bitácora es un ejemplo del este periodismo ciudadano.


Es más, la participación de todos puede generar visiones consensuadas de futuro de nuestro entorno sin los problemas actuales. Estas visiones son los marcos referenciales para generar políticas públicas. Los ciudadanos de a pie, todos nosotros, podemos reflexionar, proponer y manifestarnos usando los medios informáticos, ahora a nuestro alcance, usando los conocimientos generados por nosotros mismos para proponer soluciones de largo plazo. Soluciones que involucren acciones continuas, acciones de largo alcance, de más de tres y seis años, hacia una sociedad sustentable. De esta manera, nosotros podemos definir las políticas públicas. A este movimiento social, a esta forma de participación, se le conoce como políticas públicas abiertas (ppa). Nosotros, la sociedad, puede definir la visión de largo plazo, plantearla, establecer los indicadores de su cumplimiento y crear los mecanismos de verificación. Bajo este acuerdo social, los actores políticos pueden retomar la visión y dar matices para su implementación a corto plazo.
Con gusto trabajo para generar esta visión, ¿quién le entra? No me importa hacerle la agenda a los partidos políticos siempre y cuando se respete la visión de largo plazo, la visión de una sociedad que en su desarrollo respete el ambiente y la igualdad entre las generaciones actuales y futuras. Es más, esta acción de políticas públicas abiertas debe ser el marco referencial para el desarrollo de las políticas partidistas, todo buen político sabrá matizar, priorizar e implementar las soluciones emanadas de las raíces de la sociedad de acuerdo a su propio marco político. De ser así construiremos una verdadera sociedad.
Es decir, sabemos responder a la pregunta ¿y ahora qué? ... a trabajar y construir.
Una primera versión de este artículo fue publicada el 11 de mayo

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